En el 2005, conocí la Casa de Panchita, organización de la Asociación Redees dedicada a la defensa y promoción de los derechos de las trabajadoras del hogar. Cada domingo se reunen en la Casa para conversar, ver pelis, divertirse, aprender, hacer consultas legales y realmente se siente como en casa. Fue la primera vez que asesoraba a alguien directamente, siempre había visto puros papeles.
Mis tardes de domingo las pasaba en la Casa con mis amigas y amigos.
Aprendí muchas cosas sobre los derechos de las trabajadoras del hogar, sobre todo la injusta norma que apela a la mitad de derechos (vacaciones, CTS) . Conocí del maltrato que sufren en las casas por parte de los empleadores, desde el lugar donde duermen, las horas excesivas que trabajan, los gritos y hasta los golpes. Me dolieron en el alma todos los trámites burocráticos, demorones en las instancias estatales (MINTRA, ESSALUD), sobre todo que no abran los domingos, cuando ellas tienen tiempo de tramitar sus cosas. Me uní a la gigantezca marcha la Empleada Audaz, y más allá de la autocrítica, estuvimos presentes donde eran excluídas.
Todavía hay mucho que trabajar y luchar para que se reconozcan los plenos derechos de las trabajadoras del hogar y peor aún falta mucho más para reconocer esos hechos que vulneran sus derechos en la casa, como por ejemplo esos comentarios que he escuchado: "Se les paga y todavía se les da de comer y casa y televisión"; " no es su tiempo libre esta en mi casa y tiene que seguir trabajando"; "es su madrina tiene que quedarse a cuidar al bebe el domingo".
Cuando entré al Diploma de Género me preguntaron y ¿cómo se puede analizar tu trabajo en la Casa de Panchita desde el género?...
- ¿Habrá algún patrón social que impone que sólo mujeres seán trabajadoras del hogar (no lo que dice la norma, que es más amplio)?
- ¿Tendrá algo que ver ésto con el maltrato que reciben?
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Mil felicidades mi querida amiga G. ya visitaré a tu pelirojito, mi casi ahijadito.
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