domingo, 30 de marzo de 2008

"No fui infiel porque te lo dije"

Ayer conversando con mis queridas amigas DEG surgió la pregunta ¿desde cuándo empieza la infidelidad?. Todo a raiz del post "¿El infiel también sufre?" (vean el blog lapetitnat) y cosas de la vida porsupuesto.

La conclusión fue que la infidelidad nace cuando se siente que el otro es infiel. El que falla es el infiel, es su responsabilidad, fue su decisión. Siempre tiende a culpar al otro, a la relación, y a mantener a la "infielado/a" segura, mientras picotea por otros lados.

Eso se dijo.

Y a qué viene analizar todo esto. A la respuesta "No fui infiel porque te lo dije". y qué tiene que ver con el género, bueno, por ahora no lo sé. Sólo decirles que fue respuesta de un hombre.

Y ¿qué significa esta respuesta?.
- Que te pidió permiso antes de acostarse con el otro/a y eso ya le quita el título de infiel.
- Que te avisó con tiempo para que te pongas pilas y no lo/a dejes ir.
- Que te quiere mucho por eso lo dijo y eso es suficiente.
- Que eres único/a desde el pie hasta el alma - como diría Benedetti- pero el otro o la otra te impactaron y que ya no lo vuelves a hacer.

Me pregunto si vivir una infidelidad no es vivir acaso una situación de violencia. Que enganchas con alguien que te hace sufrir, vives en engaño sentimental por un tiempo hasta que -en algunos casos- se logra salir de ese círculo de destrucción.

Para ustedes ¿desde cuándo empieza la infidelidad?. ¿Vivir una infidelidad es vivir una situación de violencia?

Que opine el o la infiel también.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Leyendo una página web:

¿Hay condiciones que motivan la infidelidad? ¿Cuáles son?

Hay condiciones que motivan la infidelidad. El abanico de ellas es tan amplio como personas y relaciones hay. Las hay desde impulsos o compulsiones a hacerlo en los hombres “por que sí”, hasta situaciones contextuales de crisis en una pareja. Pero el “porque sí” tiene fundamento biológico de reproducción de especie.

Muchas parejas pueden tener un universo relacional muy satisfactorio en muchos aspectos indispensables para el sostenimiento de la relación, pero el intercambio sexual podría no ser precisamente uno de los espacios de mayor satisfacción relacional. Debido a que el placer sexual tiene un impulso extremadamente fuerte tiende a buscar su satisfacción. Si la pareja de años, no termina de llenar satisfactoriamente este aspecto, el organismo va a tender a satisfacer esta necesidad de placer y goce sexual.

A su vez considero que otros condimentos tienen que ver con mandatos. Algunos están particularizados por ciertos “microclimas” idiosincrásicos, en los cuales se pertenece al grupo sólo en la igualdad. La ausencia de ciertos comportamientos no es admitida para continuar con la pertenencia grupal. Así como en los círculos de adictos se excluye a los que no lo son, en ciertos grupos de amigos varones cuyos valores son la compulsión a la infidelidad, quien no realice la práctica no forma parte del grupo, no tiene pertenencia en el mismo, se pasa a ser “otro”, raro, distinto.

A mayor rigidez normativa grupal, menor posibilidad de diferenciación. Esto significa que en cualquier aspecto de la vida en el que se sostenga una normativa rígida, inflexible, arbitraria, menor posibilidad tienen los miembros de la misma a tomar determinaciones, criterios, posiciones tanto de pensamiento como de conducta que se diferencien de los estipulados, de los permitidos, de los esperados. Y la pérdida de pertenencia es un factor de vulnerabilidad que requiere mucha fortaleza y seguridad interior para sostener, optar y decidir en los hechos las propias prácticas. De allí que es bastante común que muchos hombres mantengan estas prácticas, por presión grupal. Por temor a la diferencia. Por temor a la discriminación. O distintas formas de descalificación si no “lo hace”.

El neurólogo Marcel Mesulam afirma que lo peor para el cerebro humano es el aburrimiento. El ser humano es gran parte resultado de hábitos aprendidos. Ciertas modalidades de relacionamiento de pareja comienzan a ser reiterados por el simple hecho de haber sido aprendidos. Por esta razón, muchas parejas comienzan a reiterar estilos, modelos, roles aprendidos en su historia.

La rigidez en la reiteración de siempre lo mismo aburre, hay parejas que por la comodidad del reiterar comienzan a aburrirse. En estas circunstancias la salida infiel es un recurso para salir de un gran aburrimiento en la vida. Es un gran cambio, una gran novedad. En el encierro la infidelidad podría ser oxígeno.

Otros de los condimentos de este comportamiento tiene que ver con pocos espacios de intimidad, proximidad de la que muchas parejas carecen. Estas carencias son corrosivas en relacionamientos que por su misma naturaleza tienen otra potencialidad, ya que la sexualidad es una actividad erótico-afectiva que tiene como soporte biológico a la reproducción, pero la sexualidad humana es superada como instancia procreadora por la aparición de la díada deseo-goce. Es la “raíz de la relación de pareja”[2]. Se despliega y alcanza su máxima expresión en el encuentro con otro. Encuentro en el que se ponen en juego los niveles más altos de goce, placer, entrega, confianza e intimidad conjunta. Es una actividad altamente movilizante ya que tiene que ver con fibras íntimas de la personalidad. Fibras íntimas que son estremecidas por otro. Y con otro. Mediante la cual se estremecen las fibras de otro con uno. Por la sexualidad se es eslabón partícipe de la reproducción de la especie[3].

Aristóteles dice “la semilla es árbol en potencia”: la no vivencia de la sexualidad en tanto su potencialidad es otro de las condiciones que podrían incidir en la infidelidad.

¿Se puede perdonar y olvidar una infidelidad?

Hay personas que pueden, hay personas que no. Depende de la persona, depende de las circunstancias.

Voy a ejemplificar la importancia del contexto. La Nutricionista Sandra Rodríguez[4] está investigando cómo facilitar el debilitamiento del Sistema Inmunológico, es decir investiga cómo deprimirlo. Es que, para los casos de transplantes de órganos lo que se requiere no es que este sistema inmunológico esté funcionando en su estado "normal", sino deprimido, para que el sistema de defensas no genere rechazo al órgano transplantado. En este contexto, en esta circunstancia, para beneficio del organismo, se requiere que el sistema de defensas no esté funcionando como se requeriría en las condiciones de vida "normal".

Determinado contexto, determinada circunstancia de una infidelidad debe ponerse en contexto, y evaluar si por ella tiene sentido destruir una pareja, una construcción de años, una familia, toda una historia, un gran amor.

Considero que es esperable que en una relación de muchos años aparezcan situaciones que propicien la sexualidad con otra persona que no sea la pareja. Evaluando la pareja y familia que se construyó, opino que no solo se puede, sino que se debe al menos perdonar una infidelidad, y seguir construyendo. ¿Cómo tirar por la borda una historia tan rica por un evento, un punto en ese macrocosmos familiar?.

Creo que es uno de los hechos de la vida ante los cuales uno podría plantearse que “no importa caer siete veces, importa levantarse ocho”. Aldous Huxley dice: “la realidad no es lo que nos ocurre, sino lo que hacemos con aquello que nos ocurre”, personalmente lo pienso del siguiente modo: “la realidad es lo que ocurre, y lo que hacemos con aquello que ocurre”.

Es una circunstancia adversa, pero se trata de poder construir y transformar, crecer y salir enriquecidos de la adversidad: “lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado[5].”

Nat dijo...

Pienso que sí, vivir una infidelidad es vivir una situación de violencia psicológica muy fuerte y es tan fuerte, que a veces es difícil de perdonar, de olvidar, como sugería ayer "La Luz".

¿Cuándo empieza?...mmmm...pienso que eso el algo subjetivo, que corresponde a cada pareja decidir, porque cabe la posibilidad, como de hecho se da, que cada persona tenga un límite distinto. Sin embargo, la persona que te comunica que se siente atraído por otra, antes de serte infiel, pienso que merece un reconocimiento en tanto es honesta y sincera porque te quiere y pretende ser coherente con el compromiso que ambos hicieron. Creo que es lo mínimo que se puede esperara de una persona con valores y principios.

La situación no es grata, pero hubiera sido peor que no te dijera nada y continuara con la farsa.

El ser humano es complejo y está en posibilidad de rechazar ese gusto que está experimentando o de vivirlo, pero hay riesgos y consecuencias que tendrá que asumir.

Como yo veo las cosas, la decisión de perdonarlo y olvidar ese hecho que causó tanto dolor y que depende de cada uno calificarlo como infidelidad o no, siempre tendrá consecuencias positivas, sea porque uno regresa con la pareja con mas fuerza y luego de un período de crecimiento personal (pues es sabido que del error se aprende más que de cualquier otra circunstancia), sea porque uno decidió seguir con su vida y darse la oportunidad de encontrar a una persona aún mejor que la anterior, que le muestre a uno otro mundo, otra "agenda cultural"...

Nat dijo...

Con respecto a lo que comenta "Robertob", tengo varias cosas que decir:

1. Cuestiono en primer lugar que señales que un motivo de infidelidad es la "crisis de la pareja". Es bien sabido ya que la infidelidad es decisión de UNO, ahí nada tiene que ver la pareja. Decir lo contrario es un intento cobarde (me disculparás el término por favor) por trasladar la culpa al otro.

2. ¿la reproducción de la especie?. Eso es algo que está mal citado o descontextualizado, porque es bien sabido que las personas tenemos relaciones sexuales no sólo con fines reproductivos sino también con fines que implican el intercambio de amor, de placer.

3. La périda de pertenencia en definitiva es algo que duele, pero una consideración previa debe ser la que cuestione a qué grupos estoy decidiendo pertenecer. Si es un grupo que propugna cuestiones negativas, el deseo de pertencer al mismo, es autodestructivo.

4. Ahora bien, que una causa de la infidelidad sea la presión de grupo es por demás cuestionable y preocupante porque es expresión de una identidad débil, de unos valores endebles, entre otras tantas cosas.

5. Que la infidelidad sea la solución al aburrimiento me parece jocoso. Sólo te diré que eso dice mucho de la falta de inteligencia, creatividad, ingenio, compromiso, lealtad, etc. de la persna infiel. ¿Quién querría vincularse a alguien tan primitivo, tan básico, tan poco inteligente?...

6. ¿Infidelidad por falta de sexo?...jajajaja...de nuevo, que falta de imaginación!...te recomiendo una visita a la página de "dealcoba.com"...

7. Dices que se DEBE perdonar una infidelidad...por qué?. Qué pasa si te das cuenta que la persona infiel es un escaso de mente?, para qué querer que regrese?...

HIPERION dijo...

Creo que la infidelidad es un abismo inmenso que corta y destruye todo lo anterior, el amor de años como dices Robertob. Es una decisión personal, una elección.
Si fuera por falta de sexo, obviamente terminas por ese motivo. Si fuera por problemas en la relación de pareja, obviamente terminas por eso. Pero si hay una infidelidad se termina por eso.
Sobre el argumento de la pertencencia al grupo, me parece una justificación demasiado plana y simple, y hasta dependiente, débil de personalidad y pucha hasta triste por la oveja del rebaño que hace lo que sus pares ordenan.
Sobre la crisis de pareja, si existe se termina por eso, no por otra cosa.
Sobre el aburrimiento sexual, me parece otra excusa injustificable. Como dice la Mente peligrosa que falta de creatividad.
La infidelidad es un motivo para terminar en si mismo. No lo adornemos con excusas y justificaciones de por qué ocurrió la infidelidad. Ese no es el punto. El punto es que ocurrió y eso basta. De qué te sirve el por qué. El otro falló, te falló, falló al compromiso. Ahora toca pensar si perdonas o no, si vuelves o no.
Robertob, hablas de perdonar la infidelidad por la destrucción de la familia, la pareja de años, realmente ese no es el principal motivo. Se perdona a alguien porque lo quieres, no por otras circunstancias y hechos, eso no es perdonar, es aguantar por x motivos.
Pero haciendo una semejanza al proceso de conflicto armado interno que sufre un país, ¿qué pasos nos llevan a la reconciliación?. Verdad, justicia y reparación. Primer paso, una Comisión de la Verdad. Ahora la reconciliación no significa ni perdón ni olvido.
Saben, ahora pensándolo bien, para mi la infidelidad nace cuando lo miras los ojos y sospechas una nube de mentira. Desde allí.

Waro dijo...

Cinismo e infidelidad

Algo comùn en el Perù y el mundo es el alto grado de cinismo en la era global. Desde la invasiòn a Irak hasta las relaciones de pareja.

Personalmente conceptualizo el enunciado: "No fui infiel porque te lo fije" como la infidelidad cìnica.

Hay que separar la paja del trigo. Una cosa es el acto clàsico de infidelidad y otro la infidelidad cìnica. Una etapa superior de la infidelidad. Ser infiel con concha, pana y salir con elegancia.

Por este motivo discrepo con mente peligrosa cuando señala como honesta y sinsera (con valores y principios) a la persona infiel que comunica su infidelidad.

Lo contrario del honesto es el cìnico. En la sociedad de cìnicos el honesto es la lorna. Esa es la razòn del surgiemiento de los Otorongos. Otorongo no come otorongo: congresistas corruptos que se protegen entre ellos mismos para mantener su especie en la impunidad.

Como una vez dijo el patriarca Bedoya: "mi hijo cometiò un pecado". Ello es cinismo polìtico.

-Su hijo fue un corrupto.
-El no infiel porque te lo dije es un infiel.

Nadie quiere asumir el costo de las acciones y omisiones. El cinismo es una estrategia para legitimar pràcticas pendejas como naturales.

En el tema de la violencia polìtica el cinicsmo tambièn hace su cometido por medio de Rafael Rey, cuando señala: "Para què abrir las heridas del pasado". Impunidad y olvido a las violaciones de DDHH.

Por otra parte estoy de acuerdo con mente peligrosa con su comentario a Robertob.


Finalmente:

-La infidelidad empieza cuando uno (él o ella) es infiel consigo mismo.

-Para que no se repita situaciones de violencia.

Anónimo dijo...

Fui infiel...pero le hice pensar que era su culpa...me aproveche de sentimientos ajenos...y ahora me alimento de la dicha de otros...que triste...pero real...
LA infidelidad terminó con ella...pero recien entiendo que ha terminado con mi vida tambien.

Anónimo dijo...

Definitivamente, la frase no fui infiel porque te lo dije corresponde a un pobre y triste imbecil, con complejo de inferioridad y posiblemente con rasgos de reptil seco....

Anónimo dijo...

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se Presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.

Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio y, colocándola en medio, le dijeron:

- «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?»

Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.

Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.

Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:

- «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.»

E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.

Y quedó solo Jesús, con la mujer, que seguía allí delante.

Jesús se incorporó y le preguntó:

- «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?»

Ella contestó:

- «Ninguno, Señor.»

Jesús dijo: 1

-«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»

HIPERION dijo...

Muy cierto Sr/Sra anónimo...que Dios lo perdone, y no lo juzgue. Porque será el único ciertamente.

Anónimo dijo...

Yo creo que vivir una situación de infidelidad, tratando de convencerte que porque te lo dijo ya la infidelidad no se configura es como dice "mente siniestra" violencia psicológica, pero cuya principal autora o autor es el o la infielado (a; es decir en esa situación esta persona puede convertirse en su propio verdugo. Desde luego también este (a) infidelada (o) está atravesado por estructuras que tienden a justificar la infidelidad como rasgo característico de la masculinidad.

Ahora sería bueno preguntar al infiel hombre (como es del caso) cuál sería su reacción si la víctima de infidelidad fuera él, o efectivamente a él no le importa la infidelidad de ella, y quiere vivir una relació abierta. Y debemos preguntarnos qué es la infidelidad?, o mejor dicho, varía la concepción de fidelidad de acuerdo a tu sexo?

Elsa

Anónimo dijo...

Y por cierto un comentario adicional, a la o el anónimo, que citó la Biblia... el pasaje citado para mi siempre ha sido una muestra de lo humana y revolucionaria resultó la doctrina de Cristo, se deslinda del caso en específico porque yo creo que durante años, siglos y milenios, lo común (y por lo tanto el estigma, el prejuicio, la estructura y el status quo) es la infidelidad masculina, así que el mensaje de "perdonar" no creo que se aplique en este caso. Debo mencionar adicionalmente que Cristo también tuvo ira, y no dejó que lo pisoteen.

Elsa

Carlos Mariño dijo...

Es impresionante la manera como se puede desarrollar un tema, pienso que debería partir todo de algo muy sencillo y básico de toda pareja, " el amor propio ", el respeto que uno se tenga y saber qué es lo que quiere de una pareja....., es decir, si uno se ama y respeta será capaz de amar plenamente y eso será lo mínimo que alguien pueda esperar de su pareja (por eso la habrá elegido).

Otro punto fundamental es saber que el Amor no hace daño, el amor construye, no destruye, ayuda personalmete y a la pareja en todo aspecto (espiritual, profesional, social, humano, sexual, familiar, etc).

Si uno recibe de su pareja una expresión como la infidelidad significa que si hubo Amor, este sentimiento cambió, se debilitó y desapareció ó simplemente núnca existió así como el respeto; por lo tanto esa persona no merece nuestro amor ni merece que sigamos invirtiendo sentimientos en esa relación porque no nos ofrece lo que necesitamos, porque esa relación intoxica, lastima y por un sentido de supervivencia, de salud mental-espiritual, de autoestima y Amor propio es necesario cortar contundentemente con esa persona; porque seguir luego de eso es burlarse de uno mismo, dejar que se burlen de uno, traicionarse uno mismo, denigrarse, generarse un vacío y vivir algo que lo más probable se vuelva a repetir de una u otra forma, en otro tiempo y espacio y no sólo en ámbitos de pareja.

Anónimo dijo...

Oye, deja de citar la biblia....que es sacrosanta...no seas infame y utiliza tus propias palabras para describir sentimientos...da la cara belzebu

Anónimo dijo...

POrque florean tanto...si te ponen los cachos te los pusieron...asi de sencillo...toda razon o excusa es puro floro...Si te hicieron Ciervo...que mas queda....afilar los cachos....y clavar la espada en otro lado...cachen nomas....que es buena terapia...

HIPERION dijo...

Recuerdo algo que escuché de ti "Lo que me queda de dignidad..."
Ayta el amor propio. PEro que no sean las sobritas de la dignidad sino que sea la grande y fuerte dignidad. Pero y ¿qué pasó con eso del orgullo mató al amor?.

Carlos Mariño dijo...

bueno el orgullo que mata el amor me parece que es un poco de inmadurez e intolerancia subterranea y disfrazada... el orgullo intolerante y egoista gasta la relación creo yo, es otro factor del final, si uno no se da cuenta de que está desgastando y sigue jalando para su molino ahi entra la inmadurez me parece... y lo del " lo que me queda de dignidad " Ud sabe fue una broma musico novelera Dra, que no conste en actas jajaja...

Sergio Verástegui dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sergio Verástegui dijo...

He leído sus comentarios con mucha atención e interés. Al margen de las interesantes explicaciones vertidas desde todos los enfoques que se han planteado, quisiera resaltar un elemento que me parece clave en la comprensión de las relaciones humanas: LA VOLUNTAD.

Preciso, no poso aquí de moralista ni de religioso. Y es cierto que existen cientos de factores endógenos y exógenos que pueden estimular la aparición de conductas que, si bien son reprochadas por nuestra sociedad, aquejan a muchísimas personas, independientemente de su condición social, su cultura o su adscripción religiosa.

La idea misma de la monogamia, el matrimonio, y cualquier otra denominación que se quiera otorgar a una institución que una en forma duradera a una mujer y a un hombre, bajo cualquier parámetro cultural que imponga las relaciones de poder que nos podamos imaginar, importa una represión consciente del deseo sexual, propio de la naturaleza, que, eventualmente, exigirá la unión con alguien ajeno a la pareja.

Lo que, en definitiva, hace la diferencia es la voluntad de quien siente tal deseo de satisfacerlo o no. Y, no quiero ser confundido, no hago ninguna apelación a la moral. Pero, tampoco podría reducir al ser humano y, mucho menos, a sus conductas a una mera relación de causalidad. Si eso fuera cierto sería monstruoso, porque no abrigo la menor duda de que alguien inventaría la forma de abstraernos en forma total y definitiva de toda posibilidad de pensamiento independiente.

Para bien o para mal, podemos elegir. Y, también, para la infidelidad. El cuento de "me provocó", "todos mis amigos lo hacen", "ojos que no ven corazón que no siente", "la canita al aire", entre otros tantos, no son más que eufemismos que pretenden ocultar nuestra incapacidad para no cumplir con el pacto tácito de fidelidad que se hace con la pareja, por lo menos en lo que a las relaciones monógamas se refiere.

Porque, aquí también quiero ser claro, el desarrollo de nuestra capacidad para asumir nuestra vida sexual con libertad y, por qué no, dignidad, ha llevado al establecimiento de formas de relación sexual (allende lo genital) que trasciende ese fondo específico. Las "amistades sexuales", los "matrimonios abiertos", la imagen del "open mind" e, incluso, el aumento de la expresión bisexual, abierta o escamoteada, plantean relaciones de pareja que no parten de ningún "pacto de fidelidad" (por lo menos, en el sentido clásico) y en donde, naturalmente, no caben este tipo de discusiones.

Si hablamos de "infidelidad", hacemos implícita alusión a un acto de traición. Y la traición sólo se puede dar cuando ha habido una promesa de lealtad que, partiendo de lo sexual, se extiende a los otros planos de las relaciones monógamas. Sea expreso o sea tácito, el pacto esta allí y, por supuesto, flota en el aire la tentación de romperlo.

Ahora bien, la relación que contiene un componente de infidelidad no es reductible a la que sostienen el prócer y el traidor que le delata, por el contrario, es mucho más compleja de lo que podamos imaginar. Tampoco tiene justificaciones unívocas o, mejor dicho, simplistas.

No es tan simple como: "él tiene todo lo que TÚ NO"... o "ella SÍ me entiende"... Esas posturas, repetidas ad náuseam en los culebrones mexicanos, son falsas. En ambos casos debe partir del: "yo siento que..." o a veces "yo quiero que..."

Seguramente hay millones de personas que tienen mayores habilidades sexuales que nuestra pareja, pero no son ellas quienes nos satisfacen. Además, como quiera que el sexo humano no se reduce a las necesidades biológicas, me atrevo a pensar que, incluso, un coito con estas hipotéticas amantes resulte tremendamente insatisfactorio...

Dejo a los entendidos esta materia. Quiero recalcar, sí, que la elección de SER INFIEL tiene como correlato la elección de SER ENGAÑADO. Aunque esta afirmación pueda resultar chocante para la moral de algunos, no he dicho ninguna novedad. Hay parejas que, como tales, funcionan alrededor de una mentira. Y resulta que, casi siempre, los más ardientes defensores y defensoras de los y las infieles son precisamente sus víctimas.

Y - ya que hablamos de conductas violentas - si, como hace la autora, se asimila la infidelidad a las formas de violencia que se presentan en la pareja (mucho más "bilaterales" que otras, por cierto) huelgan mayores explicaciones. Los ciclos perversos se repiten incesantemente y el asunto, ciertamente, puede terminar muy mal. La "caída de la venda de los ojos", como se dice vulgarmente, puede resultar muy peligrosa y, sinceramente, jamás quisiera enfrentarme a ella.

En definitiva, confesar o no una infidelidad, en nada disminuye la acción realizada: el faltamiento a una promesa que, cuando menos en las relaciones monógamas tradicionales, es escencial para su continuación. Y, aquí si agrego deliberadamente un componente moral, al reproche de la infidelidad se agrega el del cinismo, que ya ha sido mencionado por uno de los comentaristas, que, para muchos y muchas, haría repugnante y denigrante la continuación de tal relación...

Para terminar, quizá lo más sabio que se ha dicho sobre la infidelidad no lo ha dicho ningún teólogo, ni moralista, ni psicólogo, ni científico social, sino un pequeño teniente corso que llegó a ser Emperador de Francia... "¿Qué es la infidelidad?... ¡Una cuestión de sofá!"

Hasta pronto,

Anónimo dijo...

¿Por qué hablar de la "culpa" de alguien? Si las relaciones son de a dos, como es que la infedelidad se vuelve cosa de una sola persona. ¿Por qué cuando alguien nos es infiel (la mayoria) preferimos pensar que es culpa del otro y asumir el rol de victima (nuevamente no todos, pero si la mayoria)? Y si no es asi, despues nos rompemos la cabeza en los famosos "¿que hice mal? ¿en que me equivoque?". Los seres humanos cambiamos, las personas que inician una relacion no son las mismas la semana, el mes o el año siguiente; y lo ideal es que durante estos cambios, no nos desviemos del camino que hemos decidido seguir juntos. Puede haber momentos buenos y momentos malos, momentos en donde pensemos que el camino es casi perfecto y sin fin, y momentos donde dan ganas de tomar la primera desviacion que encontramos. No obstante, lo ideal es que ambos sepan cual es la situacion durante toda la relación y evitar el engaño, porque eso es lo que nos lleva a la infidelidad, la incapacidad de comunicarse con el otro, y en un dialogo, la cuestion es de dos.

Li Karen dijo...

aqui el titulo esta mal, no es: "no fui infiel porque te lo dije", sino "no fui deshonesto porque te lo dije", la infidelidad no tiene nada que ver con decir o no las cosas, la fidelidad ocurre por un acto alejado del acuerdo de dos personas que han decidido llevar una relacion (sea cual fuera los terminos)osea una traicion. aqui el rompimiento de este acuerdo sea amoroso, espiritual o legal, causa un schok en la otra persona siempre porque nadie se espera ser engañado o ser el engañador. yo les hablo con base porque e estado en los dos lados y nunca me lo propuse,y croe que nadie lo desea, oseeeeea nadie va diciendo por la calle : "oye te voy a sacar la vuelta" nooooooooooooo, son las circunstancias, son las situaciones, hasta la persona mas buena del mundo puede caer... porque? porque somos humanos pues, somos propenso a errores, o acaso alguno nunca peco de pensamiento naaaaaaaaaaa o alguna vez no han dicho "ahhhhhhh ya me ahoge de el", eso es un engaño tambien porque supuestamente te unes para quererlo y demas y sabes que no sera facil. claro que hay engaños y engaños. lo que e podido notar yo, perosnalmente el caer en una mentira, es peor no saberlo que vivir en el engaño eso solo mata la relacion, yo a mi parecer prefiero que me digan las cosas claras. y hay algo mas, hay que pensar como esta nuestra relacion para que esto pase capazzzzzz capazzzzzz no estamos dando igual que a la otra perosna y por eso te da este llamado de alerta para que te pongas las pilas.

hagan un balance de su relacion, y vean porque sucedio, y si no encuentran el porque?, y si ustedes dieron de igual manera que el y no hay problema entonces es hora que piensen en alejarse de el o ella porque no es bueno para su salud emocional.

Anónimo dijo...

"No fui infiel por que te lo dije" LA infidelidad resulta del no amarse asi mismo y no ser feliz, cuando esto ocurre nada nos satisface y tomamos un camino equivocado ya que uno mismo es dueño de su vida y es responsable de su propia felizidad. nadie tiene el poder de hacer sentir trizte a otra persona. al final solo uno mismo se engaña pensando que esta accion le trae felicidad cuando solo es un espejismo de falta de amor propio.

Perdonar una infidelidad dijo...

La infidelidad comienza, según mi humilde opinión, "en el corazón". Me refiero a que en el momento que se desea sexualmente a otra u otro que no es tu pareja, ya has sido infiel en tu corazón y eso implica que deseas hacerlo. Si lo concretas o no puede depender de muchos factores, como la oportunidad y la valentía para hacerlo. Un ejemplo que grafíca mi planteamiento es la infidelidad por internet, que pese a no tener contacto físico, es igualmente infidelidad pues nace del corazón.