sábado, 1 de noviembre de 2008

El refugio Down Town

Es el espacio de la liberación, en dónde se encuentran los que afuera no pueden expresarse con libertad. Los bellos y bellas que se trakean y bailan pegados, y se dan besos gigantes frente a un mundo diverso y a pesar de ello parecidos entre sí.

Un mundo en exceso, en el extremo. El ghetto que te hace soñar con posibles, con un mundo que acepte.

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Estaban sentadas dos parejas, una frente a la otra, jugaban al celular borracho. Desde el piquito hasta el beso con lengua y la manoseada maleada. Se intercambiaron parejas, se intercambiaron sexos, enseñaron caricias nuevas, imitaron cariños de los alrededores "Has eso"- escuché.

Eran muy jóvenes, se descubrían y se definian.

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"Mami me voy al Down Town. Ahora sí me defino. Para que no sigan sospechando. A las 4am te traigo la respuesta" - dijo

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En donde te encuentro, bella, y BELLA, bailamos el lento rápido pero en otro espacio, lleno de libertarios, de rebeldes, de tristes que tal vez se esconden afuera, de felices por estar en su refugio.

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"Tienes rostro de mujer"- le dice, mientras suelta una carcajada que retumba el piso.

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La mayoría son hombres, bien peinaditos, limpitos, fashion. Son pocas las chicas que van. El baño de chicas es una mixtura de ladies, chica-chico, trans. Muy interesante. Por allí me contaron que en el baño de chicos hay un trans que te hace un cariñito, te define la vida y le cae su propina. Todavía no he descubierto dónde queda el cuarto oscuro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante tema pero ¿que sucede tras el descubrimiento? ¿Se acepta lo hallado o se reprime? y otro tema... ¿es una exploraciòn "real" o de nuevo influida por la presiòn del grupo?
Refugio, refugio, refugio, lo fregado de ese concepto es que para que sea necesario un "refugio" debe exirstir algo negativo de lo cual refugiarnos, he ahi el problema, la "necsidad" de inventarse un "refugio" para estos casos.
Bueno, al menos por mi parte, ya me acostumbre a no usar refugios y aceptarme, jajajajaja, por eso no me da roche entrar de frente a un nightclub como caserito (claro que con la protección precisa para el caso). Muy buen tema.

Anónimo dijo...

En una de esas pocas medianoches que he caminado por las calles de Lima quise entrar al Down.. qué habrá sido de mi pinta, tan chiquilla, que no me dejaron entrar, ¿DNI? no he traído, no puede entrar. La cara de bull dog me asustó, pero vi a otros que no pidió documento.

Ahora bailo con los gays que frente a mi casa juegan voley con sus shortcitos cubre nalga y sus rulos amarillos y que sábados y domingos dan clases de baile al aire libre a sol la hora.

Tina

Anónimo dijo...

Ese anónimo me parece conocido. Ya pe.

Coincido contigo Ivancillo, en que eso de refugio pone de frente un parche de malo. Será una idea inconsciente que tengo. Pucha.

Hiperión