sábado, 16 de febrero de 2008

Extirpando

Hace algunos años llegué a un mundo ya establecido. A una casa ya construída. A un cuarto ya diseñado, ya repleto de cosas.

En esos años los niños y niñas no tenían tanta parafernalia infantil como ahora. Vean el gran paso que dió la Convención sobre los derechos del niño ( http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/k2crc_sp.htm); criticable en muchos aspectos desde el análisis de género -pero dejaremos la crítica para otro momento-.

Esta Convención marcó un hito en la vida de los niños y niñas el mundo, porque reconoció su derecho a ser niños y niñas , a SERLO, no a ser hombres o mujeres en proceso de desarrollo. Se inició la revolución comercial con todo ésto también. Y nacieron los cuartos con diseños infantiles, rosaditos , azules - hay que criticar ésto también-.

Y bueno les contaba que cuando yo era niña lo señalado arriba aún no se había plasmado en la realidad. Entonces llegué a un cuarto de una señora que decía que era mi madre y que era su cuarto. Con su cómoda, su espejo gigante, el ropero repleto de sus trajes. Todo era suyo. Yo metía mis juguetes por donde no estorbaran con sus cosas, su vida.

Hace unos años mi cuarto se fue transformando en algo más mío. Pinté mis paredes. Retiré una cama sobrante. Pero aún quedaba el espejo gigante y la cómoda de mi señora madre. Poco a poco fui sacando las cosas de esa cómoda. Arrimando mis pilchas a otro lado. Hasta que hace unas semanas compré una caja de plástico y metí mi ropa(sobra espacio je). Arrimé la cómoda a un costado. Saqué el espejo del cuarto. Y hoy saqué la cómoda.

Por fin el cuarto es mío!!!!!!!!!!!!!!

Y a la crítica de género va por la respuesta de la madre. El símbolo de su poder, del control sobre su hija se había acentado en ese espejo y esa cómoda. Los gritos, y protesta de la madre, arrastran todos los años que tengo, la pena de saber que la hija se va, que puede irse, que puede hacer de su cuarto - de su vida, de su cuerpo- lo que quiera, la pérdida que simboliza haber arrancado de mi cuarto una cómoda y un espejo.

Alguna teórica de género decia "hay que romper con la madre".

¿Por qué una mujer debe "romper" con la madre y no con el padre?
¿El hombre debe "romper" también con la madre? - recuerdo vagamente a Fuller hablando e ésto-
¿ Será como el proceso de destete?
¿Por qué circunstancias uno se animará a dar éstos pasos, tal vez pequeños para algunos pero significativos para otros?

2 comentarios:

Sergio Verástegui dijo...

Honestamente, como dijo el bardo popular Héctor Gagliardi, bien podías haber concluido tu escrito diciendo: "no tengo la culpa si usted se emociona"...

Es que es cierto, también en mi cuarto blanco humo todo, excepto mis libros, mi compu, mi equipo y mis discos, fue adquirido por mi madre. Jamás había reparado por qué me siento acunado en mi cuarto, porque cuando estoy enfermo, triste o cansado, lo busco con tantas ansias...

En realidad, estoy en pos de mamá, en cada cosa, en cada rincón, en la almohada que guarda mi cabeza, en la colcha que me abriga, en el blanco humo que acaricia mis ansias.

Será por eso que, aún dentro de los esquemas tradicionales, el hombre no puede romper con mamá definitivamente... Piensen, si no, en esa eterna rivalidad, tan exaltada por el imaginario popular, entre la suegra y la nuera...

¡Genial, Bettina!

Kinua dijo...

¿Era por ser mujer o por ser niña?
¿O por ser única?
¿O por ser católica?
¿O por ser ciudadana?

Hoy leo en un afiche:
ABAJO EL MACHISMO TERRORISTA

Terror. A veces las cosas se manejan con terror.

¿Desde cuando quisiste sacar esas cosas?
¿Desde niña?
¿Desde mujer?
¿Desde ser humano?